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MIEL
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Tue, 23 Jul 2013 19:22:00 +0200
23 de julio de 2013
La miel, como alimento y como medicina, se ha utilizado desde la antigüedad. La apicultura, la actividad dedicada a la crianza de las abejas para para la producción de miel, se remonta a por lo menos a 700 BC.
Perfil Alimenticio Miel
1 onza - 42 gramos - 127 calorías
Nutriente Cantidad (%)
Proteina 0.13 g 0.26
Carbohidratos 34.61 g 11.54
Fibra dietética 0.08 0.32
Riboflavina - B2 0.02 mg 1.18
Vitamica B6 0.01 mg 0.50
Manganeso 0.03 mg 1.5
Hierro 0.18 mg 1
Durante muchos siglos, la miel era considerada sagrada gracias a sus propiedades endulzantes y a su rareza. Se utilizaba principalmente en ceremonias religiosas para rendir homenaje a los dioses, así como para embalsamar a los muertos. La miel se utilizaba también para una variedad de fines medicinales y cosméticos. Durante mucho tiempo y debido a su alto costo, estaba reservado sólo para los más adinerados.
La miel es un edulcorante viscoso producido por las abejas para su propio alimento. El fascinante proceso comienza cuando las abejas se dan banquete con las flores y recojen el néctar con la boca. Este néctar se mezcla con unas enzimas especiales que tiene la saliva, convirtiéndolo en miel. Las abejas llevan la miel de vuelta a la colmena, donde lo depositan en las células de las paredes de la colmena. El aleteo de sus alas proporciona la ventilación necesaria para reducir su contenido de humedad, dejándola lista para el consumo.
La miel se presenta en una gama de colores que va desde casi blanco, amarillo, rojo, marrón y hasta casi negra. Su sabor y textura varían dependiendo del tipo de néctar usando para su elaboración. Mientras que las mieles más comunes están hechas de néctar de trébol, alfalfa, brezo y flores de acacia, se consiguen otras elaboradas partiendo de otra variedad de flores, incluyendo tomillo y lavanda
BENEFICIOS PARA LA SALUD
La miel es anti-bacteriana, anti-viral y anti-fungal. La miel natural contiene pequeñas cantidades de propóleos, una mezcla compleja de resinas y otras sustancias que las abejas utilizan para sellar la colmena y protegerla de bacterias y otros microorganismos. La miel se compone principalmente de glucosa y fructosa, dos azúcares que absorben la humedad de las herida, inhibiendo el crecimiento de bacterias y hongos (estos microorganismos prosperan en un ambiente húmedo). También contiene una enzima llamada glucosa oxidasa la cual, al combinarse con agua, produce peróxido de hidrógeno, un antiséptico suave y antioxidantes - especialmente pinocembrina - y flavonoides que actúan como agentes antibacterianos. Las mieles más oscuras contienen una mayor cantidad de antioxidantes que las mieles de color claro. La miel, mientras menos procesada, mayor será su acción terapéutica.
La miel puede promover un mejor control del azúcar en la sangre: La miel es el combustible ideal para el hígado porque contiene una proporción de fructosa y glucosa de casi 1:1. La fructosa "desbloquea" la enzima del núcleo de la célula del hígado, necesaria para la incorporación de glucosa en glucógeno (la forma en la que el azúcar se almacena en el hígado y en las células musculares) y esencial para el suministro de combustible al cerebro cuando estamos durmiendo y durante el ejercicio prolongado. Cuando las reservas de glucógeno son insuficientes, el cerebro desencadena la liberación de hormonas de estrés -adrenalina y cortisol- con el fin de convertir la proteína muscular en glucosa. El repetido estrés metabólico que se produce cuando las reservas hepáticas de glucógeno no son óptimas conduce, con el tiempo, al metabolismo ineficiente de glucosa, la resistencia a la insulina, diabetes y a un mayor riesgo de enfermedades cardio-vasculares y obesidad.
Una cucharada al día mantiene a raya los radicales libres: El consumo diario de miel aumenta los niveles de compuestos antioxidantes en la sangre en seres humanos. Según un estudio presentado en la 227 ª sesión de la Sociedad Química Americana en Anaheim (Marzo 2004), existe relación directa entre el consumo de miel y el nivel de antioxidantes polifenólicos en la sangre.
LA MIEL Y LOS INFANTES
La miel puede contener esporas de Clostridium botulinum y otras toxinas que pueden causar botulismo infantil. Como tal, se recomienda que los niños menores de un año no consuman este alimento ya que su tracto intestinal no está lo suficientemente maduro para inhibir el crecimiento de estas esporas.
CONSEJOS
Si la miel se cristaliza, coloque el recipiente en agua caliente durante 15 minutos para que vuelva a su estado líquido. No caliente la miel en el microondas ya que esto altera su gusto al incrementar su contenido de hidroximetilfurfural (HMF).
Si reemplaza el azúcar de una receta con miel, tenga en mente que ésta es más dulce por lo que será necesario utilizar menos cantidad - tres cuartas partes de taza por cada taza de azúcar. Adicionalmente, por cada taza de azúcar sustituida, debe reducir un cuarto de taza del líquido de su receta. Por último, reduzca 25 ° C de la temperatura de cocción ya que la miel hace que los alimentos se doren con más facilidad.
Mantenga la miel en un recipiente hermético para que no absorba la humedad del medio ambiente. La miel almacenada de esta manera y en un lugar fresco y seco, se mantendrá indefinidamente. Esto se debe a su alto contenido de azúcar y a pH acídico los cuales ayudan a inhibir el crecimiento de microorganismos.
FUENTE.- http://www.naturisima.net/
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