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FLORES PARA LAS EMOCIONES
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Wed, 26 Mar 2014 17:25:00 +0100
26 de marzo de 2014
Las esencias florales son la mejor terapia para combatir sentimientos negativos.
Diego tiene 20 años y estudia música. La mayoría de sus parciales son orales: debe cantar y tocar algún instrumento frente a unos jurados. Un día descubrió que sufría de miedo y mucha ansiedad a la hora de pararse en un escenario, lo que podía fácilmente acabar con una carrera que apenas comenzaba.
Su madre lo llevó a un médico que practica medicina alternativa o complementaria, como prefieren llamarla algunos entendidos en la materia. El doctor decidió usar la terapia de esencias florales. Diego toma algunos preparados desde hace tres años y ha notado una gran diferencia. “Las esencias –cuenta– me han ayudado a controlar mejor las emociones; tengo una que tomo para controlar los nervios. El miedo ha disminuido bastante, ahora estoy más tranquilo”.
Aunque el uso de esencias florales es una práctica milenaria, esta terapia comenzó a ser reconocida entre 1920 y 1930, cuando el médico, bacteriólogo y patólogo inglés Edward Bach, descubrió 38 remedios florales; cada flor se asocia con determinado estado anímico. Desde ese entonces se le conoce a este sistema como las Flores de Bach.
Normalmente, son preparaciones que vienen en agua y se les puede añadir una alcoholatura. La dosificación depende de la sintomatología de cada paciente. Como son naturales, no tienen contraindicaciones, pero eso no quiere decir que cualquiera pueda prescribirlas.
Diana Rodríguez, médica especialista en medicina alternativa y farmacología vegetal, explica que “las esencias tienen que ser formuladas por alguien que tenga una formación de base. Si alguien va y se compra cualquiera, y no es la que necesita, va a ser un agua más”.
Este tratamiento está dirigido a aliviar los problemas emocionales de las personas. Leonardo Hernández Niño, médico cirujano con maestría en medicina alternativa de la Universidad Nacional, explica su funcionamiento: “Las esencias florales favorecen la generación de cualidades en cada paciente; por ejemplo, si yo tengo un defecto relacionado con la inseguridad, con el temor, el miedo o con el odio, lo que hace la esencia floral no es ir en contra de ese síntoma, sino despertar una cualidad, que puede ser más seguridad, adaptabilidad o creatividad”.
La doctora Diana Rodríguez añade que “las esencias tienen una carga vibracional y, al consumirlas, nivelan las cargas energéticas que están descuadradas o descompensadas. Buscan armonizar la parte interior y así mejorar la calidad de vida, al estabilizar la aceptación de uno mismo”.
Sin contraindicaciones
Desde 1976, esta terapia es reconocida y recomendada por la Organización Mundial de la Salud como un sistema útil para el bienestar de las personas. Tal vez una de sus mayores ventajas es que las esencias no tienen contraindicaciones y no generan dependencia, como sí lo hacen algunos medicamentos.
Esta cualidad ha hecho que se utilicen en toda clase de personas y en situaciones que implican cambios a nivel emocional. “Las usamos mucho en niños que arrancan en el jardín o en el colegio, porque a veces les da muy duro dejar la casa y piensan que sus papás los van a abandonar. Los niños tienen muchos temores a lo desconocido”, explica Leonardo Hernández.
El especialista añade que otro de los casos en los que se utilizan bastante es en las embarazadas. “Durante ese período es complicado usar cualquier medicamento; el embarazo es una etapa de muchos cambios y de una susceptibilidad emocional importante. La mujer está muy sensible a lo que le digan y a los cambios que manifiesta su cuerpo”.
A Libia Granados, una ingeniera de 38 años, le dio depresión posparto cuando tuvo a su primera hija, y las esencias florales la ayudaron a controlar su estado. “Sentía una angustia permanente, era horrible, tenía una preocupación constante. Comencé con un tratamiento con esencias florales y las usé también para mi segundo embarazo”, dice. Y luego añade: “Las usamos también con mi primera hija para que ella tuviera un proceso bonito con la llegada de su hermano. Mi segundo bebé nació prematuro, pero gracias a las esencias pude estar tranquila, no tuve nunca náuseas y pude estar calmada para manejar la situación. Mi hija las usa para estar bien en el colegio y no ponerse ansiosa durante los exámenes”.
Hay que tener en cuenta que así como las esencias florales no alteran el efecto de ningún medicamento que la persona tome, tampoco lo reemplazan. “Las medicinas alternativas –explica Rodríguez– son complementarias a las tradicionales; en ningún momento una persona puede dejar su tratamiento de base”.
Eso sí, tienen un campo de acción bastante amplio, que incluye: tristezas provocadas por duelos y rupturas amorosas, miedos con orígenes conocidos y desconocidos, menopausia, vejez, depresión, niños con ansiedad e hiperactividad y hasta trastornos mentales. Lo importante es saber que cada esencia tiene una indicación.
Dicen que la naturaleza es sabia, ¿por qué entonces no tomar un poco de la energía que, a través de las flores, nos da? “Esta terapia la puede utilizar cualquier persona, es económica (cada esencia cuesta entre 10.000 y 15.000 pesos) y va a favorecer cualidades en su ser que le pueden ayudar enfrentar la vida de una mejor manera”, puntualiza Hernández.
Cuidado con alterar su composición
Diana Rodríguez, médica especialista en medicina alternativa y farmacología vegetal, advierte que las esencias “manejan una vibración. Por lo tanto, es recomendable no exponerlas a la luz, mantenerlas bien cerradas y no deben estar cerca de aparatos que produzcan cargas electromagnéticas, como los celulares, los computadores y los microondas, entre otros, porque alteran la composición del preparado”.
Algunas de las esencias del doctor Bach
Acebo: se recomienda para transformar sentimientos de ira, celos, odio y agresividad.
Álamo: se usa para superar angustias y ciertos temores de causa desconocida, como el miedo a la muerte y el pánico.
Mimulo: para el manejo de miedos de origen conocido, como la enfermedad y el temor a hablar en público.
Clematide: se recomienda a aquellas personas a las que les cuesta concentrarse y mantenerse atentas.
Olivo: ayuda a aliviar la fatiga y el estrés causados por el exceso de trabajo físico y mental.
Rosa salvaje: para la apatía, la resignación y la deriva.
Avena salvaje: Incertidumbre en la dirección que lleva la vida.
FUENTE.- http://www.eltiempo.com/ Artículo de Sergio Camacho Iannini
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