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Sindrome de la pedrada o rotura fibrilar
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Mon, 21 Oct 2019 08:25:56 +0200
21 de octubre de 2019
La Rotura fibrilar, desgarro o síndrome de la pedrada, es una lesión muy común y que provoca incapacidad funcional y un gran dolor al producirse.
Los músculos poseen fibras que se contraen y elongan generando movimiento sobre las articulaciones, es en este movimiento,si dichas fibras tienen mucha tensión, pueden llegar a romperse.
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¿Cómo se produce?
Al ser una lesión que se suele producir con un gesto explosivo o de arranque, es raro encontrar a un deportista que no haya sufrido este problema que se produce de forma mayoritaria en los miembros inferiores principalmente en gemelos, soleo o el femoral aunque también se puede producir en los miembros superiores pues cualquier músculo se puede romper.
Se suele producir de varias formas:
-La más frecuente tiene como causa la elongación rápida tras una contracción previa que genera mucha tensión e impide que el músculo posteriormente se elongue con velocidad, justo ahí se produce la rotura.
-Como consecuencia de un golpe sobre el músculo que como cualquier otra estructura tiene una capacidad para absorber fuerzas pero cuando esta se sobrepasa se rompe.
-Cuando un músculo se estira más de lo que puede, esta es muy poco frecuente, pues el músculo tiene una capacidad de mejora y adaptación a la elongación igual que al tono, y siempre que se estira poco a poco y de la forma que se debería, las roturas provocadas en las fibras musculares serán pequeñas y mejoran el músculo puesto que el cuerpo las cicatriza rápidamente dejando fibras más elásticas, funcionales y por lo tanto menos fáciles de romper.
¿Cómo se diagnostica?
Los deportistas que ya han pasado por esta lesión suelen tener pocas dudas a la hora de producirse, pues se suele dar en un gesto con cierta explosividad que al momento provoca un dolor muy fuerte y localizado en la zona donde se rompe e impide seguir con la actividad.
A nivel clínico puede presentarse hematoma visible aunque no siempre lo es, pues si la rotura se encuentra en un tejido profundo no llegará a verse.
A nivel palpatorio la zona se encontrará muy “sensible” y dependiendo del grado el profesional sentirá un pequeño “hundimiento” que indica que se ha roto el músculo y la zona exacta donde se ha producido, pero al igual que el hematoma en fibras musculares profundas no se podrá evidenciar.
A veces es conveniente el diagnóstico por imagen para poder evaluar la zona y grado siendo la Ecografía o la Resonancia Magnética las pruebas destinadas a ello.
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Tipos y Gravedad
Nos podremos encontrar roturas de 3 tipos o grados:
-Grado 1 es una rotura muy leve y su recuperación puede tardar unos 10 días aproximadamente.
– Grado 2 es una rotura media o moderada pero aquí su recuperación ya se alarga más, desde las 3 a 5 semanas aproximadamente.
-Grado 3 es una rotura grave, y aquí debemos tener mucha paciencia pues su recuperación puede durar de 5 a 12 semanas.
Como siempre es difícil determinar con exactitud todos los procesos que pueden condicionar la recuperación pero la gravedad dependerá de factores tan diversos como:
-Problemas metabólicos.
– Condición física de la persona previa a la rotura.
-Edad de la persona.
-Factores alimenticios/estados carenciales.
-Localización de la rotura.
-Tamaño de la rotura.
-Morfología de la rotura.
Tratamiento y Prevención
Teniendo en cuenta las clasificaciones de las roturas y las variables que hemos comentado anteriormente los plazos de recuperación serán muy distintos, pero hay elementos comunes que tenemos que conocer para poder abordar de la mejor manera posible esta lesión sea cual sea su grado.
Primera fase:
Está enfocada en desinflamar y drenar la zona lo más rápido posible…
Crioterapia, ya sea con el clásico hielo, o cualquier otro elemento que provoque frío esta opción es fundamental en la primera fase 24-72h tanto si hay hematoma visible como si no lo hay.
Vendaje neuromuscular, también ayuda a mejorar el sistema circulatorio y linfático pudiendo también ayudar parcialmente a “sostener y cicatrizar” las fibras como “una especie de puntos de aproximación”
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Masaje drenante o drenaje linfático, para conseguir eliminar los residuos que derivan de la rotura.
Arcilla, la aplicación de emplastos ayuda también a desinflamar y regenerar la zona.
Segunda fase:
Está enfocada a disminuir la fibrosis de los tejidos y la pérdida de condición muscular debida a la inactividad y reposo, siempre teniendo especial cuidado pues la rotura no está cicatrizada aún y nuestra prioridad será no “abrirla” más para no ralentizar los plazos…
Podemos continuar trabajando con drenaje,arcilla y vendaje neuromuscular, pero en este caso puede ser interesante empezar a aplicar calor suave en la zona para aportar sangre en una zona que ahora demanda menos por su falta de movimiento, esto generará hiperemia y nos facilita deshacer las fibras que se tienden a endurecer y a mejorar su recuperación pues la sangre es vital en el proceso homeostático del cuerpo.
Realizar pequeñas movilizaciones que ayudan a su cicatrización, disminuye la pérdida de movimiento así como la fibrosis y las adherencias que se forman, pero como decíamos, lo principal es tener claro no sobrepasar la barrera de la rotura para no retroceder, si no de esta fase no se obtendrá ningún beneficio.
Tercera fase:
Esta fase está enfocada en devolver el cuerpo a la normalidad y prepararlo para volver a la actividad minimizando al máximo el riesgo posible de recaída, pues sabemos que de lo contrario es relativamente fácil que la rotura se vuelva a producir..
Empezaremos a realizar ejercicios de FNP que aumentan la elasticidad local y por lo tanto previene la recaída.
Trabajaremos la ganancia de fuerza así como el inicio a la actividad deseada de manera controlada y progresiva siempre supervisado por un profesional tanto en forma como en plazos.
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En este momento puede ser conveniente al inicio aplicar un vendaje funcional como medida conservadora hasta que se vuelva a dotar de un tono y elasticidad normales, no es necesario siempre pero si en aquellas actividades más explosivas o exigentes.
En cuanto a la prevención de esta lesión si bien es cierto que en caso de golpe no podremos prevenir que se produzca , si es conveniente acudir a un profesional para que periódicamente nos trabaje pues hay una estrecha relación entre el acortamiento muscular y la sobrecarga y la aparición de la “pedrada”
Si mantenemos nuestros músculos más flexibles y elásticos será mucho más difícil que el músculo se rompa.
COFENAT
www.cofenat.es
Los músculos poseen fibras que se contraen y elongan generando movimiento sobre las articulaciones, es en este movimiento,si dichas fibras tienen mucha tensión, pueden llegar a romperse.
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¿Cómo se produce?
Al ser una lesión que se suele producir con un gesto explosivo o de arranque, es raro encontrar a un deportista que no haya sufrido este problema que se produce de forma mayoritaria en los miembros inferiores principalmente en gemelos, soleo o el femoral aunque también se puede producir en los miembros superiores pues cualquier músculo se puede romper.
Se suele producir de varias formas:
-La más frecuente tiene como causa la elongación rápida tras una contracción previa que genera mucha tensión e impide que el músculo posteriormente se elongue con velocidad, justo ahí se produce la rotura.
-Como consecuencia de un golpe sobre el músculo que como cualquier otra estructura tiene una capacidad para absorber fuerzas pero cuando esta se sobrepasa se rompe.
-Cuando un músculo se estira más de lo que puede, esta es muy poco frecuente, pues el músculo tiene una capacidad de mejora y adaptación a la elongación igual que al tono, y siempre que se estira poco a poco y de la forma que se debería, las roturas provocadas en las fibras musculares serán pequeñas y mejoran el músculo puesto que el cuerpo las cicatriza rápidamente dejando fibras más elásticas, funcionales y por lo tanto menos fáciles de romper.
¿Cómo se diagnostica?
Los deportistas que ya han pasado por esta lesión suelen tener pocas dudas a la hora de producirse, pues se suele dar en un gesto con cierta explosividad que al momento provoca un dolor muy fuerte y localizado en la zona donde se rompe e impide seguir con la actividad.
A nivel clínico puede presentarse hematoma visible aunque no siempre lo es, pues si la rotura se encuentra en un tejido profundo no llegará a verse.
A nivel palpatorio la zona se encontrará muy “sensible” y dependiendo del grado el profesional sentirá un pequeño “hundimiento” que indica que se ha roto el músculo y la zona exacta donde se ha producido, pero al igual que el hematoma en fibras musculares profundas no se podrá evidenciar.
A veces es conveniente el diagnóstico por imagen para poder evaluar la zona y grado siendo la Ecografía o la Resonancia Magnética las pruebas destinadas a ello.
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Tipos y Gravedad
Nos podremos encontrar roturas de 3 tipos o grados:
-Grado 1 es una rotura muy leve y su recuperación puede tardar unos 10 días aproximadamente.
– Grado 2 es una rotura media o moderada pero aquí su recuperación ya se alarga más, desde las 3 a 5 semanas aproximadamente.
-Grado 3 es una rotura grave, y aquí debemos tener mucha paciencia pues su recuperación puede durar de 5 a 12 semanas.
Como siempre es difícil determinar con exactitud todos los procesos que pueden condicionar la recuperación pero la gravedad dependerá de factores tan diversos como:
-Problemas metabólicos.
– Condición física de la persona previa a la rotura.
-Edad de la persona.
-Factores alimenticios/estados carenciales.
-Localización de la rotura.
-Tamaño de la rotura.
-Morfología de la rotura.
Tratamiento y Prevención
Teniendo en cuenta las clasificaciones de las roturas y las variables que hemos comentado anteriormente los plazos de recuperación serán muy distintos, pero hay elementos comunes que tenemos que conocer para poder abordar de la mejor manera posible esta lesión sea cual sea su grado.
Primera fase:
Está enfocada en desinflamar y drenar la zona lo más rápido posible…
Crioterapia, ya sea con el clásico hielo, o cualquier otro elemento que provoque frío esta opción es fundamental en la primera fase 24-72h tanto si hay hematoma visible como si no lo hay.
Vendaje neuromuscular, también ayuda a mejorar el sistema circulatorio y linfático pudiendo también ayudar parcialmente a “sostener y cicatrizar” las fibras como “una especie de puntos de aproximación”
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Masaje drenante o drenaje linfático, para conseguir eliminar los residuos que derivan de la rotura.
Arcilla, la aplicación de emplastos ayuda también a desinflamar y regenerar la zona.
Segunda fase:
Está enfocada a disminuir la fibrosis de los tejidos y la pérdida de condición muscular debida a la inactividad y reposo, siempre teniendo especial cuidado pues la rotura no está cicatrizada aún y nuestra prioridad será no “abrirla” más para no ralentizar los plazos…
Podemos continuar trabajando con drenaje,arcilla y vendaje neuromuscular, pero en este caso puede ser interesante empezar a aplicar calor suave en la zona para aportar sangre en una zona que ahora demanda menos por su falta de movimiento, esto generará hiperemia y nos facilita deshacer las fibras que se tienden a endurecer y a mejorar su recuperación pues la sangre es vital en el proceso homeostático del cuerpo.
Realizar pequeñas movilizaciones que ayudan a su cicatrización, disminuye la pérdida de movimiento así como la fibrosis y las adherencias que se forman, pero como decíamos, lo principal es tener claro no sobrepasar la barrera de la rotura para no retroceder, si no de esta fase no se obtendrá ningún beneficio.
Tercera fase:
Esta fase está enfocada en devolver el cuerpo a la normalidad y prepararlo para volver a la actividad minimizando al máximo el riesgo posible de recaída, pues sabemos que de lo contrario es relativamente fácil que la rotura se vuelva a producir..
Empezaremos a realizar ejercicios de FNP que aumentan la elasticidad local y por lo tanto previene la recaída.
Trabajaremos la ganancia de fuerza así como el inicio a la actividad deseada de manera controlada y progresiva siempre supervisado por un profesional tanto en forma como en plazos.
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En este momento puede ser conveniente al inicio aplicar un vendaje funcional como medida conservadora hasta que se vuelva a dotar de un tono y elasticidad normales, no es necesario siempre pero si en aquellas actividades más explosivas o exigentes.
En cuanto a la prevención de esta lesión si bien es cierto que en caso de golpe no podremos prevenir que se produzca , si es conveniente acudir a un profesional para que periódicamente nos trabaje pues hay una estrecha relación entre el acortamiento muscular y la sobrecarga y la aparición de la “pedrada”
Si mantenemos nuestros músculos más flexibles y elásticos será mucho más difícil que el músculo se rompa.
COFENAT
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