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APTN_Cofenat Mon, 12 Oct 2020 02:30:00 +0200

Salud Integrativa Digestiva

Salud Integrativa Digestiva
12 de octubre de 2020
¿Sabías que nuestro nivel de salud depende en gran medida del equilibrio de la flora intestinal? En el sistema digestivo conviven unas 500 especies de bacterias conocidas, algunas de ellas son beneficiosas y otras nos ocasionan enfermedades. Las bacterias beneficiosas producen ácidos como el acético, el láctico y el propiónico que disminuyen el pH del intestino grueso, por lo que inhiben el crecimiento de estas bacterias patógenas.Vamos a ver un poco más sobre todo ello.

Prebióticos y probióticos

En consulta muchos pacientes me preguntan: ¿qué son los probióticos y los prebióticos?, ¿por qué debo tomarlos?, ¿cuál debo tomar? Debes saber que los probióticos son bacterias “buenas” que actúan frente a las “malas” y que nos ayudan a tener una buena salud intestinal. Evidentemente, a pesar del gran desconocimiento que todavía existe, no todos los probióticos son iguales y no todos los pacientes necesitan el mismo.

Es muy importante comprender qué bacterias necesita el paciente, cuál es su dieta y cuáles son sus horarios, entre otros factores. Un error muy común entre la sociedad es tomar probióticos sin asesoramiento, sin darse cuenta que pueden empeorar sus síntomas e incluso cambiar, a veces temporalmente, el biofilm microbiano.

Los prebióticos podemos definirlos como las sustancias no digeribles con las que se alimentan las bacterias (probióticos). Prebiótico significa «precursor de la vida», todo lo contrario a antibiótico: anti-vida.


 

Mejorar la salud digestiva

¿Cómo podemos empezar a mejorar nuestra salud digestiva? En primer lugar hay que mejorar la ingesta de fibras (digeribles y no digeribles) en forma de suplementación o a través de la alimentación y aumentar la flora saprófita (las bacterias amigas) para que exista un equilibrio, de lo contrario sucederá el famoso vientre hinchado o pesadez digestiva, muy común cuando el tratamiento no es el adecuado. Ni todas las fibras son iguales ni todos los probióticos hacen el mismo efecto.

En segundo lugar, es muy importante realizar una buena higienización del intestino grueso a través de la hidroterapia de colon. 

¿Qué es la hidroterapia de colon?

Consiste en la irrigación profunda de todo el intestino grueso con agua filtrada y depurada, a través de una cánula que se introduce en el recto. Esta cánula es de doble vía, por lo tanto entra agua por una vía (tubo de irrigación) y sale materia fecal varias veces durante la sesión por otra (tubo de evacuación), sin necesidad de ir al baño. Tanto el agua filtrada, la presión, la temperatura y el caudal son regulados por un aparato electrónico manejado y controlado por el profesional durante toda la sesión.

Hidroterapia de colon.

La materia fecal debe ser evacuada como norma (cuando el intestino grueso está sano y la ingesta de alimentos es diaria) una o dos veces al día, sin esfuerzo y las heces deben tener buena consistencia. Cuando esto no sucede así, la materia fecal comienza a retenerse provocando estreñimiento y acumulación de materia fecal.




Como estas heces no están siendo expulsadas de forma regular, los procesos de digestión, absorción y excreción del intestino grueso se ven alterados provocando diferentes problemas, como son la saturación hepática e intestinal, la disbiosis intestinal, la mala o nula absorción de ácidos grasos de cadena corta (AGCC), la atonía y aumento de las paredes intestinales y la ptosis intestinal.

Incluso, algunos intestinos que son evacuados diariamente están expulsando heces de hace más de tres días, este concepto se denomina estreñimiento oculto, debido a que el intestino grueso (sobre todo el colon descendente y el colon sigmoideo) se encuentra lleno de materia fecal el 90% del tiempo.

Todas las hidroterapias no son iguales.

No solo hay que comprender la fisiología intestinal que, permítanme decirlo, es imprescindible, también lo es el conocimiento profundo de la flora intestinal, las fibras, las capas del intestino grueso, los desequilibrios viscerales y los desequilibrios biomecánicos entre otros.

La flora intestinal como es su adhesión, las zonas de confort de las bacterias y sus cepas (que a día de hoy se conocen), el pH soportado o la función de cada grupo de bacterias.




Las fibras –ya sean digeribles y no digeribles–, la cantidad ingerida de fructooligosacáridos e inulina (FOS) presentes en el plátano, la cebolla, el ajo, la bardana, la achicoria, el diente de león o el espárrago, arabinoxilanos (AX) presentes en el centeno, la cebada o la avena y galactooligosacáridos (GOS) presentes en la leche materna.

Las afecciones de las capas del intestino grueso como la permeabilidad o fibrosis de la capa mucosa, debilidad de la capa muscular como los divertículos o la inflamación de la capa submucosa como el estadio inicial del Crohn.

Los desequilibrios viscerales como son las tensiones ligamentosas, las cicatrices, las inflamaciones, las adherencias o la inestabilidad del suelo pélvico.

Los desequilibrios bioquímicos como son el déficit de magnesio, el desequilibrio ácido-alcalino del organismo, el déficit de agua o la alimentación pobre en verduras y hortalizas.

La alimentación

No me gusta dar consejos genéricos, pero existen alimentos con unas bondades terapéuticas que nos permiten mantener una fuerte salud intestinal.




– Los alimentos probióticos, como el tempeh, el chucrut, el kimchi o el miso.

– Las fibras como el psyllium, ideales para absorber todas las toxinas que se encuentran en el intestino.

– Las algas, como la espirulina o la chlorella, que nos purifican la sangre desde el interior.

-La ingesta diaria de 2 litros de agua nos permite que las heces estén bien hidratadas hasta el final de su recorrido evitando así las heces secas y duras.

– Las frutas, verduras y hortalizas, que nos aportarán fibras digeribles y no digeribles, por excelencia el apio, las acelgas, el brócoli o las judías verdes.

– Las semillas, en general, tienen un alto porcentaje de fibra insoluble, sustancia orgánica que nuestro intestino no puede digerir; pero que estimula la mucosa intestinal, provocando contracciones que mejoran el tránsito intestinal. Sin embargo, el excesivo consumo de semillas provoca la inflamación de la capa mucosa, por lo que es muy importante conocer nuestra medida ideal y tomarlas de forma correcta.


Fuente:

La revista integral


COFENAT

www.cofenat.es