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Mon, 24 Jul 2023 00:30:00 +0200
Aceite de Pescado: Propiedades y Beneficios
24 de julio de 2023
Introducción
El aceite de pescado se extrae de todo el cuerpo del pescado, porque es una fuente de ácidos grasos Omega 3.
Antes, se consumía el aceite de hígado de bacalao por su riqueza en vitaminas A y D, mientras que hoy en día el aceite se extrae de todo el cuerpo, fuente de ácidos grasos Omega 3.
Entre otras cosas, parece que éstos llevan a cabo una función crucial en numerosos de procesos del cuerpo humano. Es muy importante disponer de un aceite de pescado de muy buena calidad.
Ácidos grasos
Hay que exigir un aceite puro, que no esté contaminado, con una alta concentración en ácidos grasos Omega 3 y con una buena calidad organoléptica (olor, gusto). [1]
Por ello, son muy importantes la procedencia y el modo de preparación del aceite de pescado. Pero, ¿qué son exactamente los ácidos grasos Omega 3 y por qué son tan importantes?
Omega 3
Para comprender lo que son los ácidos grasos Omega 3, debemos retroceder a algunas nociones fundamentales de química orgánica. [2]
Los ácidos grasos contienen átomos de carbono (C), átomos de hidrógeno (H) y átomos de oxígeno (O) unidos formando una cadena de carbonos (CC-C-C-C-C etc.) que termina con un grupo carboxilo (COOH). El ácido graso más sencillo, que contiene 4 átomos de carbono, es el ácido butírico, responsable del característico olor de la mantequilla.
Los ácidos grasos varían de moléculas pequeñas (4 átomos de carbono) a moléculas grandes (más de 15 átomos de carbono). Cada átomo de carbono tiene cuatro puntos de enlace que pueden utilizar para unirse a cuatro átomos distintos.
Asimismo, un átomo de carbono puede optar por unirse a otro átomo que contenga dos puntos de enlace, en cuyo caso se habla de un enlace doble. Si un ácido graso posee un doble enlace entre átomos de carbono (C=C) se habla de ácido graso monoinsaturado. Si hay varios enlaces dobles se habla de ácido graso poliinsaturado (por ejemplo, C-C=C-C-C=C-C=C). [3]
La presencia de un enlace doble en un ácido graso es una condición de partida para que el cuerpo pueda transformar o asimilar dicho ácido graso. Por lo tanto, las moléculas que contienen un doble enlace son importantes para el cuerpo.
La posición del primer doble enlace en el ácido graso se indica mediante el término «Omega» y una cifra, en donde omega índica la «cola» de la molécula, sabiendo que el otro extremo del ácido graso (la «cabeza» de la molécula) es el grupo carboxilo. [4]
Cuando se habla de ácido graso Omega 3, esto significa que el primer enlace doble se sitúa en el tercer átomo de carbono a partir de la cola, es decir, C-C-C=C-C-C-C-COOH. En el caso de un ácido graso Omega 6, el primer enlace doble se encuentra tras el sexto átomo de carbono a partir del extremo de la molécula.
¿Por qué son tan importantes estos ácidos grasos?
Ácidos grasos esenciales en el Aceite de Pescado
Los ácidos grasos se distribuyen en dos grupos: ácidos grasos esenciales y ácidos grasos no esenciales. El cuerpo no puede producir los ácidos grasos esenciales. Por lo tanto, deben obtenerse, en su totalidad, de la alimentación, mientras que los ácidos grasos no esenciales pueden ser producidos por el cuerpo. [5]
El cuerpo no puede fabricar los ácidos grasos Omega 3 y Omega 6, por lo que forman parte de los ácidos grasos esenciales.
Igualmente, debemos señalar que los ácidos grasos pueden aparecer de dos maneras: en su forma «cis» y en la «trans». La forma cis es una estructura natural, mientras que la trans, a menudo, es la consecuencia de la intervención humana, por ejemplo, por las frituras o por la hidrogenación de los aceites. [6]
Las grasas trans tienen un efecto perturbador en el cuerpo: no son asimilables, son difíciles de biodegradar y, sobre todo, se considera que tienen relación con los niveles altos de colesterol LDL.
Además, bloquean la transformación de los ácidos grasos LA (ácido linoleíco) de los Omega 6 y ALA (ácido a-linoleico) de los Omega 3, respectivamente, en prostaglandinas «buenas» de las series 1 y 3. [7]
Esto disminuye considerablemente la influencia beneficiosa de las substancias mencionadas anteriormente (véase a continuación).
Por lo tanto, nuestra alimentación debe aportarnos los ácidos grasos esenciales de buena calidad necesarios para que los distintos procesos que tienen lugar en el cuerpo se lleven a cabo adecuadamente. [8]
Pero si es importante saber qué cantidad de cada ácido graso esencial consumimos, es fundamental conocer en qué relación los consumimos.
La falta de equilibrio entre los ácidos grasos Omega 3 y los ácidos grasos Omega 6 puede ocasionar el desarrollo de distintas afecciones como la aterosclerosis, las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, la depresión, el TDAH, etc. ¿Cómo es esto posible?
Función de los ácidos grasos Omega 3 y Omega 6
En el cuerpo, los ácidos grasos Omega 3 y Omega 6 se utilizan para producir unas hormonas concretas, las prostaglandinas. Son las moléculas de base de las prostaglandinas de las series 3 y 1, respectivamente.
Para empezar, estas dos series de prostaglandinas «buenas» son muy importantes como contrapeso a las otras prostaglandinas nefastas o «malas», las de la serie 2. [9]
Estas últimas, a menudo, llevan ventaja en numerosos procesos inflamatorios, en las alteraciones inmunitarias y en caso de que aumente el riesgo cardiovascular.
Además, el equilibrio entre las prostaglandinas de las series 1 y 3 y, por lo tanto, entre los ácidos grasos Omega 6 y Omega 3, es igualmente primordial. Un equilibrio ideal, estimado entre una relación 1:1 y una relación de 3 a 4:1, contribuye considerablemente a:
La salud del sistema cardiovascular: buena fluidez de la sangre, buena tensión y buen nivel de colesterol, ritmo cardíaco estable y disminución del riesgo de aterosclerosis.- al buen funcionamiento del sistema inmunitario: menor riesgo de desarrollar inflamaciones reumáticas, menos alergias (rinitis alérgica, asma) y mejor resistencia.’.
Al buen equilibrio mental: menor riesgo de depresión, de enfermedad de Aizhelmer, de hiperactividad, de dislexia o de dispraxia.
Una piel sana, menos seca, menos propensa al eccema o a la soriasislc
El equilibrio hormonal: menor riesgo de infertilidad, de síndrome premenstrual o de problemas durante la menopausia.
El equilibrio del metabolismo: menor riesgo de diabetes tipo II o de sobrepeso.
Fuente: casapia
www.cofenat.es
Fuente imágenes: holadoctor
El aceite de pescado se extrae de todo el cuerpo del pescado, porque es una fuente de ácidos grasos Omega 3.
Antes, se consumía el aceite de hígado de bacalao por su riqueza en vitaminas A y D, mientras que hoy en día el aceite se extrae de todo el cuerpo, fuente de ácidos grasos Omega 3.
Entre otras cosas, parece que éstos llevan a cabo una función crucial en numerosos de procesos del cuerpo humano. Es muy importante disponer de un aceite de pescado de muy buena calidad.
Ácidos grasos
Hay que exigir un aceite puro, que no esté contaminado, con una alta concentración en ácidos grasos Omega 3 y con una buena calidad organoléptica (olor, gusto). [1]
Por ello, son muy importantes la procedencia y el modo de preparación del aceite de pescado. Pero, ¿qué son exactamente los ácidos grasos Omega 3 y por qué son tan importantes?
Omega 3
Para comprender lo que son los ácidos grasos Omega 3, debemos retroceder a algunas nociones fundamentales de química orgánica. [2]
Los ácidos grasos contienen átomos de carbono (C), átomos de hidrógeno (H) y átomos de oxígeno (O) unidos formando una cadena de carbonos (CC-C-C-C-C etc.) que termina con un grupo carboxilo (COOH). El ácido graso más sencillo, que contiene 4 átomos de carbono, es el ácido butírico, responsable del característico olor de la mantequilla.
Los ácidos grasos varían de moléculas pequeñas (4 átomos de carbono) a moléculas grandes (más de 15 átomos de carbono). Cada átomo de carbono tiene cuatro puntos de enlace que pueden utilizar para unirse a cuatro átomos distintos.
Asimismo, un átomo de carbono puede optar por unirse a otro átomo que contenga dos puntos de enlace, en cuyo caso se habla de un enlace doble. Si un ácido graso posee un doble enlace entre átomos de carbono (C=C) se habla de ácido graso monoinsaturado. Si hay varios enlaces dobles se habla de ácido graso poliinsaturado (por ejemplo, C-C=C-C-C=C-C=C). [3]
La presencia de un enlace doble en un ácido graso es una condición de partida para que el cuerpo pueda transformar o asimilar dicho ácido graso. Por lo tanto, las moléculas que contienen un doble enlace son importantes para el cuerpo.
La posición del primer doble enlace en el ácido graso se indica mediante el término «Omega» y una cifra, en donde omega índica la «cola» de la molécula, sabiendo que el otro extremo del ácido graso (la «cabeza» de la molécula) es el grupo carboxilo. [4]
Cuando se habla de ácido graso Omega 3, esto significa que el primer enlace doble se sitúa en el tercer átomo de carbono a partir de la cola, es decir, C-C-C=C-C-C-C-COOH. En el caso de un ácido graso Omega 6, el primer enlace doble se encuentra tras el sexto átomo de carbono a partir del extremo de la molécula.
¿Por qué son tan importantes estos ácidos grasos?
Ácidos grasos esenciales en el Aceite de Pescado
Los ácidos grasos se distribuyen en dos grupos: ácidos grasos esenciales y ácidos grasos no esenciales. El cuerpo no puede producir los ácidos grasos esenciales. Por lo tanto, deben obtenerse, en su totalidad, de la alimentación, mientras que los ácidos grasos no esenciales pueden ser producidos por el cuerpo. [5]
El cuerpo no puede fabricar los ácidos grasos Omega 3 y Omega 6, por lo que forman parte de los ácidos grasos esenciales.
Igualmente, debemos señalar que los ácidos grasos pueden aparecer de dos maneras: en su forma «cis» y en la «trans». La forma cis es una estructura natural, mientras que la trans, a menudo, es la consecuencia de la intervención humana, por ejemplo, por las frituras o por la hidrogenación de los aceites. [6]
Las grasas trans tienen un efecto perturbador en el cuerpo: no son asimilables, son difíciles de biodegradar y, sobre todo, se considera que tienen relación con los niveles altos de colesterol LDL.
Además, bloquean la transformación de los ácidos grasos LA (ácido linoleíco) de los Omega 6 y ALA (ácido a-linoleico) de los Omega 3, respectivamente, en prostaglandinas «buenas» de las series 1 y 3. [7]
Esto disminuye considerablemente la influencia beneficiosa de las substancias mencionadas anteriormente (véase a continuación).
Por lo tanto, nuestra alimentación debe aportarnos los ácidos grasos esenciales de buena calidad necesarios para que los distintos procesos que tienen lugar en el cuerpo se lleven a cabo adecuadamente. [8]
Pero si es importante saber qué cantidad de cada ácido graso esencial consumimos, es fundamental conocer en qué relación los consumimos.
La falta de equilibrio entre los ácidos grasos Omega 3 y los ácidos grasos Omega 6 puede ocasionar el desarrollo de distintas afecciones como la aterosclerosis, las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, la depresión, el TDAH, etc. ¿Cómo es esto posible?
Función de los ácidos grasos Omega 3 y Omega 6
En el cuerpo, los ácidos grasos Omega 3 y Omega 6 se utilizan para producir unas hormonas concretas, las prostaglandinas. Son las moléculas de base de las prostaglandinas de las series 3 y 1, respectivamente.
Para empezar, estas dos series de prostaglandinas «buenas» son muy importantes como contrapeso a las otras prostaglandinas nefastas o «malas», las de la serie 2. [9]
Estas últimas, a menudo, llevan ventaja en numerosos procesos inflamatorios, en las alteraciones inmunitarias y en caso de que aumente el riesgo cardiovascular.
Además, el equilibrio entre las prostaglandinas de las series 1 y 3 y, por lo tanto, entre los ácidos grasos Omega 6 y Omega 3, es igualmente primordial. Un equilibrio ideal, estimado entre una relación 1:1 y una relación de 3 a 4:1, contribuye considerablemente a:
La salud del sistema cardiovascular: buena fluidez de la sangre, buena tensión y buen nivel de colesterol, ritmo cardíaco estable y disminución del riesgo de aterosclerosis.- al buen funcionamiento del sistema inmunitario: menor riesgo de desarrollar inflamaciones reumáticas, menos alergias (rinitis alérgica, asma) y mejor resistencia.’.
Al buen equilibrio mental: menor riesgo de depresión, de enfermedad de Aizhelmer, de hiperactividad, de dislexia o de dispraxia.
Una piel sana, menos seca, menos propensa al eccema o a la soriasislc
El equilibrio hormonal: menor riesgo de infertilidad, de síndrome premenstrual o de problemas durante la menopausia.
El equilibrio del metabolismo: menor riesgo de diabetes tipo II o de sobrepeso.
Fuente: casapia
www.cofenat.es
Fuente imágenes: holadoctor
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